Los suspensos no son algo que aparece de la noche al día, hay señales que alertan que el niño no va a superar la asignatura ya sea por la actitud del niño: no estudia, manifiesta no comprender los contenidos, va avisando (creo que… este trimestre es muy difícil…) o por los avisos del profesor mediante las notas o en reuniones. El caso es que, normalmente, a los suspensos se los ven venir, por eso es mejor prevenir y actuar antes de que sea un hecho.
Una vez llega el suspenso no sirve de mucho lamentarse, enfadarse o hacer promesas extravagantes, una de las cosas más importantes es descubrir la causa de no haber superado esa asignatura.
Existen muchos factores de diversa naturaleza que pueden explicar un bajo rendimiento académico, los más comunes pueden ser:
Hemos de tener en cuenta el sentido común, si un chico suspende una o dos asignaturas, puede ser que tenga problemas en un área determinada; pero si suspende seis asignaturas, entre ellas algunas de las consideradas “fáciles” es que falla todo: la planificación, la organización, el tiempo dedicado a los deberes, las técnicas de estudio…
Como padres muchas veces nos es difícil diferenciar las causas y solemos achacarlas a que el niño no se ha esforzado lo suficiente o no ha entendido bien los contenidos, en este sentido el profesor nos puede ayudar dando otra perspectiva, sin embargo si la situación no es puntual y se mantiene en el tiempo, a pesar de haber intervenido para que no se repita, podríamos plantearnos la posibilidad de consultar con el orientador escolar del centro o un psicopedagogo externo que evalúen detenidamente aquellos factores relacionados con el estudio tanto aptitudinales como actitudinales.
Es cierto que cuando llega el boletín de notas y en ella aparecen suspensos nuestra primera reacción es de enfado, dependiendo de la situación este enfado va dirigido al niño o adolescente, al colegio o a nosotros mismos, necesitamos buscar un responsable y que responda nuestras reclamaciones pero esa no es la mejor solución. Existen ciertos errores que cometemos frecuentemente y que realmente no sirven para nada, por ejemplo, montar una escena con gritos, reproches y castigos no resuelve el problema y más aun cuando se trata de una situación que es el resultado de un proceso de varios meses en lo que se supone que hemos estado pendientes. Esta situación es muy desagradable y más cuando se repite en el tiempo, los resultados académicos no mejoran y el clima familiar se va deteriorando poco a poco.
Entonces qué podemos hacer, si no es recomendable castigar o reprochar necesitamos herramientas para afrontar la situación ya que de otra manera nos quedará una sensación de no haber hecho nada y de “dejarlo pasar”. A continuación os dejamos una serie de consejos para ayudar a afrontar los suspensos y mejorar las actitudes frente al estudio.
Buena suerte y feliz verano
Hola mi hijo de 5 años tiene miedo a la oscuridad, no quiere pasar la noche en su habitación ni andar por casa solo a menos que estén las luces encendidas. Nuestra casa no es grande, por lo que siempre nos escucha y si nos llama acudimos pero se niega a ir sin nosotros a habitaciones...
Mi hija de 10 años es muy tímida, le cuesta mucho hacer amigos, ahora que llega el verano me da pena porque la única niña con la que juega es una niña de su cole y durante estos meses no se ven. ¿Cómo puedo ayudarla a hacer amigos?