Autismo (TEA)

Descripción

¿Qué es el autismo?

A la hora de abordar una definición o explicación de lo significa autismo podemos caer en la tentación de definir sus características clínicas y obviar todas las demás facetas y matices que rodean a este trastorno, sin embargo, resulta una tarea sumamente difícil pues no existen dos individuos con autismo iguales, tanto sus características como su entorno los hacen únicos y este es uno de los motivos por los cuales la comprensión del trastorno resulta tan compleja y confusa.

Primero acotemos que es lo que se entiende por autismo, coloquialmente llamamos Autismo al Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), este, hace referencia a un conjunto amplio de condiciones que afectan al neurodesarrollo que se manifiestan en la primera infancia y provocan dificultades en la comunicación e interacción social, la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Este trastorno acompaña a la persona a lo largo de toda su vida, aunque sus manifestaciones y necesidades variarán según la etapa evolutiva en la que se encuentre, cada persona con TEA tiene unas características diferentes y por tanto también unas necesidades distintas. La mayoría de personas con autismo evolucionan favorablemente con una intervención adecuada.

Existen enormes diferencias entre las manifestaciones que pueden observarse en las personas con autismo. Esta circunstancia es debida a la asociación con otros síndromes (epilepsia, hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo...), el grado de afectación (el autismo de define como un continuo en el que encontramos casos muy severos a leves) o el nivel intelectual, un alto porcentaje de personas con autismo presentan, a su vez, algún grado de retraso mental.

Todas estas dificultades que pueden presentar las personas con autismo se manifiestan en una serie de conductas que son las que ven el resto de las personas que están en su entorno y a veces no logran entender. En una ocasión un alumno comentó que el autismo (simplemente) le hacía ver la realidad y pensar de una forma diferente a como lo hace la mayoría de la gente y, realmente, no encuentro una definición mejor. Esta forma de procesar y entender la realidad hace por ejemplo que muestren dificultades en:

Comunicación y socialización:

• Casi nunca atienden cuando se les llama. A veces parecen sordos.
• No señalan para mostrar o compartir su interés.
• No llegan a desarrollar el lenguaje oral, o lo pierden.
• A veces tienen lenguaje, pero lo usan de manera peculiar, o muy repetitiva.
• Ríen o lloran sin motivo aparente.
• No reaccionan casi nunca ante lo que ocurre a su alrededor.
• Parecen no interesarse por los demás.
• Apenas miran a la cara,
• Generalmente no se relacionan con los otros niños, no los imitan.
• No suelen mirar hacia donde se le señala

Juego y exploración del entorno

• Son muy sensibles a determinadas texturas, sonidos, olores o sabores.
• Tienen movimientos extraños, repetitivos.
• Presentan rabietas o resistencia ante cambios ambientales.
• Tienen apego inusual a algunos objetos o a estímulos visuales concretos.
• Usan los juguetes de manera peculiar (girarlos, alinearlos, tirarlos...)
• Apenas realiza juego social, simbólico o imaginativo ("hacer como si...")
• Sus juegos suelen ser repetitivos.

Prevalencia y causas

El autismo, y otros trastornos relacionados tienen una prevalencia en la población en una proporción de 1 por cada 150 individuos, siendo notablemente más frecuente en hombres que en mujeres (4 varones por cada mujer). Esta proporción ha aumentado notablemente debido en gran parte a una mejora en el diagnóstico. Estas cifras incluyen todos los casos, incluidos los más leves.

Hoy en día no existe una causa concreta que explique las manifestaciones del autismo, se reconoce su origencbiológico pues cada vez existen más hallazgos relevantes a nivel genético, neuroquímico o metabólico que están contribuyendo a una mejor explicación del autismo

Primeras manifestaciones

A pesar de ser un trastorno muy variable si podemos establecer una serie de señales de alerta comunes según la edad (estas señales no implican un diagnóstico, ante la duda consulte con un especialista):

Hacia los 12 meses de edad:

• No balbucea.
• No hace gestos como saludar con la mano, señalar para pedir alguna cosa o mostrar objetos.
• No reconoce su nombre ni responde cuando se le llama.
• No se interesa ni se implica en juegos interactivos sencillos, como el “cucú-tras” o similares.

Entre los 12 y los 18 meses de edad:

• No dice palabras sencillas.
• No responde a su nombre.
• Presenta un uso pobre del contacto ocular.
• Ausencia de balbuceo social/comunicativo como si conversara con el adulto.
• Ausencia de imitación espontánea.
• No señala para “pedir algo”
• No mira hacia donde otros señalan.
• No enseña o muestra objetos.
• Puede manifestar una respuesta inusual ante estímulos auditivos.
• Falta de interés en juegos interactivos simples como el “cucú-tras” o similares.

Hacia los 24 meses de edad:

• No dice frases de dos o más palabras, que sean espontáneas y no sólo repeticiones de lo que ha escuchado a los demás.
• Tiene dificultades para mantener el contacto ocular cuando se le habla, y no sigue objetos con la mirada.
• No se implica en juegos compartidos, y parece no disfrutar de la relación compartida con otras personas.