El Síndrome de Asperger, forma parte de los TEA (Trastornos del espectro autista) que, por sus competencias intelectuales y lingüísticas (mejores que en el resto de los TEA) se mantiene como una entidad diferenciada del autismo clásico. Es un trastorno del desarrollo infantil, con consecuencias en el desarrollo social, emocional y conductual. Las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media. Presentan un estilo cognitivo particular y frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas. A pesar de que cada niño es diferente, todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios.
Algunas de las características de los niños con Síndrome de Asperger pueden ser: