Desde nuestra experiencia, últimamente ha aumentado la frecuencia en la que llegan a la consulta en psicología madres o padres, angustiados por los efectos que la separación pueda tener en sus hijos. Sin embargo, lo más común es que dentro de múltiples motivos de consulta, al explorar la dinámica familiar, resulten unos padres en conflicto antes, durante y después de la separación y un manejo inadecuado de dicha situación con los niños, quienes, estamos claros, no tienen culpa de lo sucedido y que debido a esto muchas veces, sufren.
Hacer ver esto a los padres, en ocasiones resulta una tarea titánica. Comprender que se deben hacer ajustes por y para los niños productos de la unión que ya no está resulta difícil, ya que muchas veces en esa receta que describimos se encuentran dentro de los ingredientes: rabia, tristeza, entre otras emociones, significados y vivencias que vienen a complejizar la situación. Los padres o madres, dentro de todo este ambiente, tan humanos y tan llevados por sus emociones, tardan muchas veces en concientizar que se deben hacer ajustes personales en pro de una mejora en una comunicación que se establecerá de por vida, ya que cada uno, tiene el derecho y el deber de cumplir el rol de padre o madre para sus hijos.
Diversas investigaciones indican la presencia de sintomatología psicológica variada entre los niños como consecuencia del divorcio de sus padres. Es importante destacar que el divorcio tanto para el niño, como para sus padres, representa un cambio cuyo proceso emocional debe elaborarse, tal como ocurre en los procesos de duelo. La intensidad de los síntomas, estará directamente relacionada con la dificultad presente en los progenitores para sobrellevar dicha situación, ya que, en la actualidad se considera que los factores que lo determinan están más relacionados con la manera en que se sobrelleva la separación que con la separación en sí misma.
La idea, estimado lector, se encuentra resumida en la siguiente cita del libro “Los hijos del Divorcio” de Yolanda Urdaneta: "Los profesionales que trabajamos con niños coincidimos en que más daño hace una aparente unión entre los padres, en la cual se ha perdido el amor y el respeto mutuo, y donde las agresiones son el 'pan de cada día', que una separación amistosa, en la que se tome muy en cuenta a los hijos".
Queremos que luego de leer el presente escrito, puedas tomarte un tiempo para pensar en ellos, tus hijos y puedas reconocer que en ti están las herramientas para que las acciones que tomes sean las mejores, logrando así un mayor ajuste para todos en este complejo proceso que viven o vivirán.
Hola mi hijo de 5 años tiene miedo a la oscuridad, no quiere pasar la noche en su habitación ni andar por casa solo a menos que estén las luces encendidas. Nuestra casa no es grande, por lo que siempre nos escucha y si nos llama acudimos pero se niega a ir sin nosotros a habitaciones...
Mi hija de 10 años es muy tímida, le cuesta mucho hacer amigos, ahora que llega el verano me da pena porque la única niña con la que juega es una niña de su cole y durante estos meses no se ven. ¿Cómo puedo ayudarla a hacer amigos?