Quedan pocos días para que los pequeños de la casa vuelvan a las aulas (algunos de ellos lo harán por primera vez), han pasado un largo periodo de vacaciones y ahora deben cambiar la piscina y las tardes despreocupadas en el parque por los madrugones y el aula, esta situación, al igual que ocurre en los adultos, puede acarrear la aparición de episodios de ansiedad y angustia

Hablamos del “síndrome postvacacional”, un proceso de adaptación que presenta unos síntomas bien definidos aunque no está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como enfermedad. En el caso de niños y adolescentes las manifestaciones de este síndrome pueden variar, presentando síntomas como son: tristeza, irritabilidad, alteraciones del sueño, fatiga, pérdida de apetito, aparición de molestias corporales difusas, diarreas o vómitos. Síntomas que hacen que nuestros hijos presenten una conducta alterada.

Aunque molesto se trata de un fenómeno completamente normal, que dura entre uno y tres días, hasta que nos volvamos a acostumbrar a la rutina, si pasado este tiempo no han desaparecido los síntomas podemos estar frente a otras dificultades como son problemas adaptativos o distimia (forma leve de depresión), que necesitarían un abordaje específico.

Para contribuir a disminuir los síntomas de este síndrome podemos empezar unas semanas antes de que empiecen las clases a establecer unas rutinas que les ayuden a adaptarse al curso. En este enlace encontraréis unas pautas para recuperar hábitos deseables de cara a la vuelta al cole.

Fuente:El síndrome postvacacional también afecta a los niños en El Pais. <http://elpais.com/elpais/2016/08/19/mamas_papas/1471593536_350119.html> Consulta: [agosto de 2016]