La relajación es un estado de calma, bienestar y tranquilidad, muy parecida a la que experimentamos con el sueño profundo pero con la diferencia de disfrutarla despiertos. Cada vez se habla más de la relajación para niños, se hacen talleres y se anima a las familias a practicarla, muchos se preguntarán si realmente es beneficioso o útil para los niños, otros lo habrán puesto en práctica y ha dado frutos mientras que otros han sido testigos de como los niños se reían no seguían las instrucciones y mucho menos se relajaban. Ocurre igual en los adultos, pruebe ahora mismo a “relajarse”, no es una cuestión de aquí y ahora, la relajación consiste en crear un hábito mediante el seguimiento de unas técnicas que nos ayudarán a niños y mayores a alcanzar ese deseado estado.
Enseñar a los niños a relajarse es una forma agradable de inculcarles hábitos de vida sana y que aprendan a desarrollar su inteligencia emocional. En un mundo donde lo que sobran son los estímulos de toda clase, ofrecer a los niños ejercicios de relajación y que los incorporen a sus hábitos de vida les aportará muchos beneficios, un añadido puede ser realizar estas actividades juntos de esta manera ambos nos relajamos y compartimos un rato de armonía. La idea final es que los niños sean capaces de manejarse en estas técnicas llegando a ser procesos automáticos.
La relajación aplicada a niños presenta grandes beneficios. Para que estos se manifiesten es necesario utilizar esta técnica de forma continuada, es decir, que forme parte de la rutinas del niño. De los beneficios mas destacados que se pueden lograr encontramos:
Antes de empezar tenemos que tener en cuenta una serie de factores:
No existe una sola técnica de relajación, sino diferentes maneras de actuar sobre la tensión y la ansiedad, de los métodos que existen para inducir a la relajación, hemos seleccionado aquellos que pueden ser más atractivos para los niños y mas fáciles para poder entrenarlos. Lo primero que debemos hacer es elegir una posición en la que estemos cómodos, existen varias posiciones recomendadas una de ellas es tumbada en la cama con los brazos y las piernas ligeramente abiertos y separados del cuerpo. También podemos sentarnos en una silla o sillón cómodo y con brazos. Aunque proponemos diferentes actividades no es necesario hacerlas todas ni en un orden determinado.
LA VELITA: Podemos empezar con esta técnica para ayudar al niño a manejar su respiración. Sentamos al niño frente a una mesa donde hay una vela encendida a unos 3 metros de distancia más o menos, el niño debe intentar apagar la vela, poco a poco iremos acercando la vela al niño hasta que consigue apagarla. La idea es que el niño necesite coger aire de forma profunda.
EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN: Una vez controle el ejercicio anterior pasamos controlar las respiración, indicamos al niño que llene sus pulmones de aire, despacio y contando mentalmente hasta cinco. Cuando haya llegado hasta cinco, le decimos que debe aguantar el aire en los pulmones, contando nuevamente hasta cinco, notando la presión del aire. Después, poco a poco vamos soltando el aire, contando hasta cinco, repetir el ejercicio varias veces. Si al principio le cuesta podemos indicarle nosotros cuando coger y soltar aire.
En este video te ofrecen una guía para centrarnos en la respiración, siguiendo la técnica de mindfulness:
OBSERVAR E IMAGINAR: Se trata de elegir un objeto muy sencillo, por ejemplo una taza. Decimos al niño que lo observe durante 10 segundos aproximadamente y después cierre los ojos e intente imaginarlo.
CONTRACCIÓN-RELAJACIÓN: Esta actividad consiste en contraer y después relajar diferentes grupos de músculos. Empezaremos por los brazos, seguiremos por los hombros, espalda, abdomen y por último piernas, después haremos el mismo ejercicio con todo el cuerpo, prestando especial atención a la sensación de relajación. Luego empezamos por la cara: ojos, labios, frente, mofletes (como si fueran a soplar) y cuello, finalmente toda la cara junta y después intento el ejercicio con cuerpo y cara. La indicación que le daremos al niño será: Tenso (hay niños que no entenderán el concepto podemos decirle que lo aprieten o que lo pongan duro) durante unos segundos la parte del cuerpo que estemos trabajando y relajo, hacemos hincapié en la sensaciones que le provocan estos ejercicios, están pesados, ligeros, no los puedo mover...
ESTIRAMIENTO-RELAJACIÓN: Es una variante del ejercicio anterior, en lugar de contraer, estiramos los músculos, de igual forma: progresiva y suavemente.
MASAJE: Podemos acabar las sesiones con un masaje suave, recorriendo el cuerpo y cara del niño haciendo círculos. Pero recuerda que queremos que se relajen ¡no que se queden dormidos!
Aquí os dejamos un video con música relajante para que os acompañe durante los ejercicios.
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