Todos los niños (y adultos) tienen miedo, pueden temer a la oscuridad, a los ruidos fuertes o a ser separados de sus padres, a lo largo de su desarrollo estos miedos cambiarán, superarán unos y aparecerán otros. El miedo es una reacción absolutamente normal y tiene un componente adaptativo muy importante que garantiza la supervivencia de la especie, los miedos están presentes en todas las culturas y se repiten en el tiempo, nuestros hijos temen a los 5 años a lo mismo que temían nuestros abuelos.
Otro tema son los miedos desadaptados o extremadamente intensos que conocemos como fobias o ansiedad, cuestiones de las que nos ocuparemos más adelante. Sentir miedo en un momento determinado no es más que un aviso de que esa situación no es segura y debemos alejarnos de esta (temer a un león no es una fobia ni un problema, se trata de un temor adaptado pues es un animal potencialmente peligroso).
El miedo es la reacción fisiológica, cognitiva y conductual producida por una situación que reconocemos como peligrosa, de esta manera nuestro cuerpo se prepara para reaccionar. Las reacciones fisiológicas que provoca el miedo son las más características, hablamos de taquicardia, tensión muscular, temblores, sudoración, palidez, sequedad de garganta y boca, sensación de náusea, urgencia de orinar y/o defecar, respiración rápida, dificultades para respirar… su manifestaciones dependerán de cada persona y la intensidad del temor. Las reacciones conductuales varían todavía mas y pueden ir desde una huida desesperada, gritos y agitación motriz a llantos y, por último, tenemos las manifestaciones cognitivo-subjetivas que son los pensamientos y sentimientos subjetivos internos, variables según las personas y las formas diferentes de valorar y percibir el miedo. Estos tres factores están relacionados e influyen unos en otros provocando la respuesta característica de cada individuo.
Conforme evoluciona la capacidad cognitiva de los niños lo hacen sus temores, podemos establecer una cronología de los miedos más comunes según la edad.
Adolescencia a partir de los 13 años: Aunque se mantienen los temores de la etapa anterior y surgen con fuerza las preocupaciones relacionadas con las relaciones interpersonales, el rendimiento personal, los logros académicos, deportivos, de reconocimiento por parte de los otros...
El hecho de que un niño de 4 años vea a un perro grande, con aspecto amenazador, ladrando y se abrace a nosotros o intente esconderse es una reacción natural ante una situación que percibe como amenazadora, sin embrago si resulta que hablamos de un perro pequeño con aspecto agradable o el niño ya conoce al animal, esta reacción no podemos considerarla “normal”, a menos que exista una experiencia previa que justifique su reacción, un ataque, por ejemplo.
Hablamos de fobia cuando la reacción es irracional, extrema e incontrolable. No es necesario que ese estímulo esté presente basta con imaginarlo o anticiparlo para provocarla. Las reacciones más comunes en las fobias son palpitaciones, temblores, sudoración, náuseas, vómitos y mareos, bloqueo del pensamiento, gritos o dolores de estómago o de cabeza.
Las fobias más comunes en los niños son fobias a estímulos concretos (serpientes, payasos, perros...), separación de los padres y social (más frecuente en los adolescentes). Suponen un problema cuando interfieren en la vida del niño o la familia, es decir, el hecho de que un niño reaccione desmesuradamente ante la presencia de una serpiente no supone un verdadero problema porque las posibilidades de que ocurra el encuentro son pocas, sin embargo, si lo que teme es separarse de sus padres si que es un verdadero problema para la familia.
La fobias forman parte de los problemas de ansiedad, la ansiedad a grandes rasgos es un temor excesivo provocado por circunstancias reales o imaginarias. Se trata de una preocupación que provoca una excesiva inquietud que altera el día a día de quien la padece. A diferencia de la fobia puede no estar relacionada con un estímulo concreto y el niño no es capaz de explicar que es lo que le preocupa realmente, algunos autores lo han denominado el “temor a sentir miedo”.
Hola mi hijo de 5 años tiene miedo a la oscuridad, no quiere pasar la noche en su habitación ni andar por casa solo a menos que estén las luces encendidas. Nuestra casa no es grande, por lo que siempre nos escucha y si nos llama acudimos pero se niega a ir sin nosotros a habitaciones...
Mi hija de 10 años es muy tímida, le cuesta mucho hacer amigos, ahora que llega el verano me da pena porque la única niña con la que juega es una niña de su cole y durante estos meses no se ven. ¿Cómo puedo ayudarla a hacer amigos?