Cuando tienes un hijo especial todo suele ser más difícil pero uno de los grandes “monstruos” a los que se tienen que enfrentar las familias es el de la INCOMPRENSIÓN. Esa palabra triste, fea que denota miedo y provoca desesperanza.

¡Quien no se ha topado alguna vez con ese monstruo! Muchas personas lo hacen cada día, en el parque, en el médico, en una tienda, un centro comercial, un cumpleaños, una cafetería… esas miradas juiciosas, esos susurros hirientes o incluso esos comentarios terribles acerca de si lo que hace o deja de hacer nuestro hijo está bien o mal o si es culpa de sus padres que se muestre así de irascible, gritón, “maleducado”,

Pero ¿Qué sabe quien juzga lo que está ocurriendo? ¿ La educación o no que le damos a nuestro hijo? Todos nos hemos encontrado alguna vez, o muchas, con la incomprensión de los demás, con la incomprensión del que no sabe de quién ignora.

A veces nos sentimos en el dolor de dar explicaciones a alguien a quien no conocemos y no tenemos por qué. De ser nosotros los que etiquetemos a nuestro propio hijo.

Todos hemos emitido alguna vez juicios de valor, es tan fácil. Resulta que si, además, el niño en cuestión no presenta físicamente ningún rasgo que defina un determinado trastorno o enfermedad es más difícil todavía.

La incomprensión es un defecto del otro, ni de tu hijo, ni tuyo. No te hagas responsable. Si quieres dar información a alguien porque lo crees oportuno, adelante, hazlo, pero no te veas obligado a ello. Es tu decisión, informar es una forma de dar al ignorante una respuesta y quizás, una lección, pero, si lo haces, debe ser para que tú te sientas bien y no para que el otro se sienta mejor. Hacerle partícipe de vuestra situación puede abrirle los ojos a alguien y eso es positivo.

Pero recuérdalo “tu vida es tuya” e ignorar al ignorante a veces es la mejor arma para luchar contra él.

A veces también sucede que lo que no se comprende es la actitud de los padres en un determinado momento. Ya sea por mostrar su pasividad, enfado, agotamiento o porque estamos haciendo lo que debemos hacer y ellos no lo entienden, entonces los juicios de valor no se hacen esperar.

¿Y qué ocurre cuando la incomprensión llega desde dentro? ¿Qué pasa cuando familiares o amigos son los que no se muestran comprensivos… Aunque no lo creáis, esto también sucede… y esta es quizás la parte más vulnerable y dolorosa del problema, porque ¿cómo afrontamos la incomprensión los seres queridos? Esas personas que son las que te deben brindar más apoyo en estos momentos, es difícil de comprender.

¿El niño es consciente de esta actitud? ¿Cómo le afecta? Bueno, dependerá de su edad y lo que consciente o inconscientemente pueda interpretar pero inevitablemente le afectará de un modo u otro. Es nuestro deber protegerlo de situaciones incomodas e intolerantes pero no siempre se pueden evitar. Habrá que enseñarle y explicarle de la mejor forma que a todo el mundo no le gusta la diferencia pero que no es culpa suya y con nuestro Amor y Compresión reconfortarle seguro que si le damos muchos inclinamos la balanza hacia el lado positivo.

Por otra parte creo que contra la incomprensión, información y tolerancia. RESPETO al fin y al cabo. Creo que desde el sistema de educativo se pueden hacer muchos cambios para que la sociedad sea más comprensiva y tolerante. La inclusión es su punto más fuerte pero habría que apostar por algo mas porque si bien los niños pequeño responden muy bien a este sistema inclusivo, no es tanto así a medida que avanza la etapa escolar.

Información a los padres y por supuesto que estos refuercen en sus casas valores como el respeto, la compresión y la tolerancia.

Es un buen punto de partida, ¿no creéis? ¡POQUE TODOS JUNTOS PODEMOS CONSTUIR UNA SOCIEDAD MEJOR!