Es probable que la primera sensación que nos invade cuando sabemos que vamos a ser padres sea una emoción de alegría enorme, pero cuando esa emoción se asienta, deja paso a otras emociones que se van turnando con la alegría, como por ejemplo: la angustia, el agobio, las dudas, la confusión y muchas preguntas que aparecen en nuestro pensamiento, este hecho es totalmente habitual. Muchas dudas, muchas…¿Seré un buen padre? ¿Sabré que hacer si no duerme? ¿En qué colegio lo voy a apuntar?...y así un largo etcétera. Incluso antes de concebir al pequeño y de que esté en el mundo, algunos padres y madres, ya tienen planificada la vida de su bebé, este hecho aumenta la angustia, porque aunque sentimos que tenemos controlado lo que viene, si las cosas no salen como esperábamos aumenta nuestra angustia y nuestra frustración.
¿Alguna vez te has sentido angustiado por el hecho de ser padre? Estoy segura de que la respuesta es sí, esta situación puede ocurrir en cualquier momento pero sobre todo a medida que nuestros hijos se van haciendo mayores, y si no tenemos estrategias puede que esta emoción se mantenga o aumente.
Algunos padres piensan que solo son padres o madres “de verdad”, si lo saben todo por sí mismos, pero esta idea no es cierta, y además es dañina, porque solo crea más exigencia y culpabilidad en los padres que no cumplen sus expectativas como padres. Existe la idea generalizada de que cada padre o madre puede educar a sus hijos como ellos quieran, sin embargo según la Convención Internacional que regula los derechos de los niños, todos, todos los niños y niñas tienen derecho a ser educados por padres y madres preparados para la educación de sus hijos. Es positivo que esto sea así, debido a que un niño es un fenómeno muy complicado, y es necesario que los padres se formen asistiendo a talleres, cursos, charlas sobre la etapa infantil para así tener más conocimiento y poder educar mejor a sus hijos. Además, es básico que todos los padres y madres confiéis en que siempre vais a poder mejorar vuestra actuación, mediante la formación, ya sea por vuestra cuenta o mediante la ayuda de profesionales.
En este artículo, además de intentar que abráis el pensamiento hacia la ayuda, y veáis que en la educación de los hijos es positivo formarse, me gustaría daros una pequeña guía para que esa gran tarea de educar no acabe desbordando vuestra paciencia y pueda ser una gran experiencia positiva.
"No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana".
Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990.
Hola mi hijo de 5 años tiene miedo a la oscuridad, no quiere pasar la noche en su habitación ni andar por casa solo a menos que estén las luces encendidas. Nuestra casa no es grande, por lo que siempre nos escucha y si nos llama acudimos pero se niega a ir sin nosotros a habitaciones...
Mi hija de 10 años es muy tímida, le cuesta mucho hacer amigos, ahora que llega el verano me da pena porque la única niña con la que juega es una niña de su cole y durante estos meses no se ven. ¿Cómo puedo ayudarla a hacer amigos?