Es tan reconfortante escuchar a nuestros niños expresarse espontáneamente, nos llena el alma y disfrutamos con ello. Pero si aprovecháramos más esos recursos genuinos e innatos que ellos tienen y que a veces se desvanecen en el camino de sus vidas, estaríamos no solo incentivando la creatividad, sino el gusto por el buen hablar y expresarse cada día mejor según su madurez.

La edad recomendada para comenzar a incentivar la escritura creativa es a los 7 ú 8 años aproximadamente, si tenemos en cuenta que luego de finalizar el poema, cuento o relato, en fin lo que el niño o niña quiera expresar, deberá o bien ponerlo en común con los demás compañeros, si de un taller se trata por ejemplo, o estar dispuesto a que su “obra” se publique en algún medio bien simplemente estar dispuesto si lo desea a exponerlo ante sus compañeros de cole.

Es importante en el caso de los talleres de escritura el rol que juega un coordinador, el cual establecerá pautas o dudas que se le planteen a los niños ó niñas, pero sin interferir en sus ideas, inquietudes, intereses, gustos que serán en definitiva el motor de sus creaciones. Ellos deben sentirse valorados y respetados a la hora de exponer sus trabajos. Siempre hay que tener en cuenta qué género les atrae más para que se encuentren realmente motivados.

Sólo debemos encender esa pequeña chispa de la imaginación de los peques, podemos construir verdaderos artilugios para impulsar dichas ideas. Algunas ideas para empezar:

• Tomar una historia conocida por todos y dejar que ellos hagan cambios, ya sea de algunos personajes, de épocas, de vestuarios, de lugares. Permitir que ellos mismos sean creadores de su relato.
• Utilizar un tema de su vida cotidiana, en el cole qué hace en los recreos, con quién prefiere jugar, qué asignatura o actividad le gusta con locura.
• Sugerir una oración inicial como comienzo y luego que los propios niños o niñas la vayan construyendo según su ingenio.
• Organizar y si si es en familia mucho mejor, una salida al parque con amigos, hermanos, primos, o aprovechar una visita al zoo o parque temático o al regresar de las vacaciones y luego preguntarle qué les ha gustado o llamado más la atención de lo vivido y que lo escriban,seguramente nos sorprenderán si los dejamos expresar libremente, y aunque en algunos casos aparezca algo de ficción o incorpora algún matiz aunque no haya existido en realidad, mejor.

Cuántas más puertas les ayudemos a abrir y que ellos sean los verdaderos y auténticos protagonistas de sus historias más fomentaremos la imaginación y por ende la creatividad, libre de censuras y acondicionamientos. Así también contribuiremos a desarrollar personas con confianza en sí mismas, autoestima, y sobre todo estaremos enseñando a respetar, a escuchar y a valorar al otro, valores que no debemos bajo ningún punto de vista olvidar por más moderna y digitalizada que sea nuestra sociedad. No debemos olvidar los adultos que en todo momento cuando realicemos correcciones sean sutiles, y siempre responderemos con palabras adecuadas y que enriquezcan su vocabulario, cuanto más variadas y bellas sean, mejores resultados obtendremos.

Animo a todas las familias, educadores, en definitiva todos los que tengan esta oportunidad de trabajar con niños y contribuir a la creatividad a la hora de expresarse, a que lo pongan en práctica. Vale la pena sobre todo si tenemos en cuenta lo que a menudo escuchamos de que se va perdiendo el gusto por el buen hablar.

No hay mejor forma de aprender que practicando por eso desde El Faro de Tiza os animamos a enviarnos las creaciones de los pequeños escritores de casa. ¡Publicaremos las más originales!

Podéis enviar los textos a info@elfarodetiza.com