Durante mucho tiempo, se ha hablado de los beneficios de la integración de las personas con necesidades especiales en la escuela o en la sociedad en general, se ha creído que era algo muy positivo para ellas y, la verdad es que ha sido un buen comienzo si lo comparamos con la práctica más antigua, la de rechazar la diferencia y aislarlo, el tratar a estas personas no de forma diferente, si no peor, con el paso de los años, se ha ido integrando a estas personas en la sociedad, pero siempre han tenido que ser ellos los que se adapten, hoy día, se está empezando a llevar a cabo la inclusión de las personas con necesidades especiales en todos los ámbitos de la sociedad y, aunque a primera vista inclusión e integración parecen ser conceptos iguales o muy parecidos, podemos encontrar diferencias muy significativas entre ellos.

La principal diferencia que existe y, desde, mi punto de vista la más importante, es que en la integración es el alumno el que debe adaptarse a las condiciones, situaciones… del centro educativo, la sociedad… mientras que en la inclusión, es al revés, es el entorno el que se adapta a las necesidades de las personas con algún tipo de discapacidad. Además, la inclusión se centra en las capacidades de las personas no en sus necesidades o limitaciones como se hacía en la integración, de esta forma, las personas con necesidades, no se sienten diferentes, inferiores…y logran alcanzar una mayor confianza en sí mismos.

Otra de las características que diferencia estos dos términos, es que mientras en la integración se trata con igualdad a todos (cosa que hasta hace poco tiempo se creía lo correcto), con la inclusión se aceptan las necesidades y peculiaridades de todos, es decir, no intenta acercar a las personas a un modelo de pensar, actuar, sentir…único o considerado correcto, si no que cada uno es reconocido como un ser único con sus capacidades y limitaciones, pero no por ello inferior o superior a los demás. Esto hace que las personas aprendamos las unas de las otras.

Como hemos visto, mientras con la integración nos centramos en el diagnóstico, basamos la educación en la competitividad y la igualdad, se centra en las personas con necesidades ubicándolos en trabajos, programas… específicos y tiende a ocultar o disfrazar las diferencias y limitaciones para que las posibilidades de inserción en la escuela o la sociedad en general sean mayores, con lo que pretende conseguir la inclusión es el reconocimiento y la valoración de las diferencias y peculiaridades da cada una de las personas, tratando estas diferencias como algo real, pero en ningún caso inferiores o superiores, basándose en la equidad, la solidaridad y la cooperación…

Por estos motivos, debemos apostar por una educación inclusiva, donde todos nos sintamos parte de la sociedad, donde no solo se respeten las diferencias, si no que se tengan en cuenta, se valoren y se aprenda de ellas.