Temas de salud

Rabietas y berrinches

Artículo de Macarena Requena, Psicóloga y Psicopedagoga, Atención a la diversidad y problemas de conducta.

Descripción

Seguro que alguna vez todos hemos sufrido o sido testigos de una situación similar: En el supermercado nuestro hijo nos pide un helado y como se acerca la hora de comer le decimos que no… (NO, la palabra maldita) entonces el niño se pone a llorar y gritar como si no hubiera mañana. En ese momento sentimos una presión enorme, todo el mundo nos está mirando.. ¿que pensarán de nosotros?. Ese numerito no puede continuar ¿qué hacemos? las opciones más inmediatas nos son muy alentadoras, por un lado podemos ceder, aún sabiendo que no estamos haciendo bien, salir del super, dejarlo llorar…

Este es un ejemplo de rabieta. Podemos definir las rabietas como reacciones desmesuradas y desagradables del niño (gritos, llantos, patadas, tirarse al suelo) ante la negativa de satisfacer su deseo o petición. Aunque incómodas, forman parte del desarrollo del niño, suelen aparecer alrededor de los 12-28 meses y van empeorando entre los 2 y 3 años, a partir de ese momento van disminuyendo hasta casi no volver a presentarse. Que se produzcan rabietas a esa edad es normal debido a que los niños de 2 y 3 años van adquiriendo autonomía e independencia pero no tienen el suficiente autocontrol sobre sus emociones, ni su lenguaje está desarrollado lo suficiente para comunicar sus sentimientos por lo cual la rabieta es la forma más sencilla para ellos de expresar sus sentimientos de frustración, es una manera de comunicarse inadecuada.

Sin embrago lo que en un principio es una forma de expresar la frustración se puede convertir en una herramienta de manipulación, si el niño comprueba que actuando de esta manera consigue sus objetivos, las rabietas serán mas numerosas y se prolongarán en el tiempo.

¿Qué hacer ante una rabieta?

  • Mantener la calma, ayuda recordar que esta situación es normal y no es culpa del niño ni de los padres.
  • Ignorarla, esta es la regla de oro. No prestar ninguna atención al niño y sus reacciones, continuaremos actuando igual que antes de que ocurriese. Es importante no hacer comentarios ni mirar al niño, si es posible alejarnos un poco del niño, ya que sin no recibe atención su pataleta no tiene sentido.
  • En el caso de poder ignorarlo porque estamos en un lugar público o se puede hacer daño, nos llevaremos al niño a otro lugar que no tenga estímulos placenteros y seguro (si su habitación esta llena de juguetes no sirve). Este lugar debe ser aburrido pero no darle miedo y se mantendrá aquí durante un tiempo limitado y no muy largo, esta acción se conoce como tiempo fuera.
  • Cuando la rabieta ha terminado, no hacer comentarios sobre esta, se le vuelve a prestar atención como si no hubiera pasado nada.
  • Lo más importante es que el niño no puede acabar saliendose con la suya.

Como evitar que aparezcan

  • Ser constantes y coherentes, si hemos dicho que no la primera vez no podemos cambiar de opinión pues estaremos cediendo a la rabieta. Y si hoy hay unas normas mañana deben ser las mismas, pues de otra forma confundiremos a los niños.
  • Prestar atención y reforzar las acciones positivas de los niños, así estos sabrán cual es la forma de actuar adecuada.
  • Asegurarnos de que duermen y comen bien, cuando los niños tienen hambre o sueño suelen estar más irritables.
  • Explicar cuales son las normas y como queremos que actúen, a veces pensamos que los niños saben la norma y no es así. Por ejemplo, si decimos a nuestro hijo que sea bueno, el no sabe que queremos decir con eso pero si le decimos, no saltes en el sofá si entiende la norma.
  • Usar un lenguaje cercano y en forma de invitaciones cuando les decimos que hacer (Vamos a ponernos los zapatos...), de esta forma no parece que estemos dando órdenes constantemente.
  • Dar buen ejemplo, mostrándole con nuestras acciones cual es la forma adecuada de gestionar la frustración.
  • Hacer cumplir las consecuencias de las acciones, si hemos puesto un castigo o hemos advertido con este, debe cumplirse para que el niño aprenda que cada acción tiene su consecuencia.
Enfados y pataletas
Enseñar a nuestros hijos a reconocer y controlar sus emociones negativas es vital para su desarrollo emocional. En esta colección ofrecemos una guía para abordar reacciones extremas como los enfados y berrinches y otra que nos enseñará a resolver conflictos familiares, además de un cuento que ofrece a los niños un modo positivo de ver el enfado y enseñarles cómo comportarse.
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